miércoles, 25 de marzo de 2009

Prensa y política

Se equivocan quienes creen que los medios deben mantener silencio ante el poder.

Por Sebastián Mantilla Baca Ecuador.Las relaciones entre la prensa y la política, por lo general, son ásperas y difíciles, mucho más cuando existen regímenes en los cuales prevalecen la intolerancia y prepotencia.La ya maltrecha relación del poder político con la prensa se ha visto nuevamente afectada por dos motivos: la reacción del Gobierno ante al informe sobre Ecuador de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y la desatinada intervención del director de Prensa de la Comisión Legislativa, Orlando Pérez.El informe de la SIP alerta sobre el estado de la libertad de prensa en el Ecuador.

Uno de los aspectos centrales destaca los reiterados ataques e insultos a periodistas. En los últimos seis meses se ha registrado medio centenar de ataques .El presidente Correa, aprovechando de la coyuntura electoral, no ha escatimado esfuerzos para arremeter nuevamente contra los periodistas. Ahora el término de moda es “pitufos”. Y el problema no está en los medios, los cuales pueden tener errores, sino, más que nada, en la actitud poco tolerante del presidente de la República. Al parecer, Correa, como otros gobernantes populistas que le antecedieron, no ha entendido el papel de la prensa. Los medios no son otro poder sino un agente escrutador del poder político. Si no es así, el ataque reiterado a la prensa puede tener origen en otros motivos. Debido a que los medios se han convertido en un espacio clave para fijar la agenda de debate público, es importante para los gobernantes meterse con los medios no solo para incidir en la agenda mediática sino también desligitimarla ante cualquier tipo de denuncias de corrupción. Lo que resulta inexplicable y mucho más difícil de entender es la actitud del Director de Prensa de la Comisión Legislativa. Aunque no creo que existan serias restricciones para el trabajo de los periodistas dentro de la Comisión Legislativa, la reacción de Orlando Pérez ha sido desmesurada.

Usar términos como “periodistas añejos” o acusarlos de “subir a las oficinas para chupar, buscar trabajo” y otro tipo de improperios es inaceptable. Da la impresión de que el señor Pérez no ha entendido hasta el día de hoy la misión que tienen los medios , peor aún lo que significa mantener una posición moderada e imparcial. Como periodista debe saber lo que significa la ética periodística y en lo inapropiado que resulta tomar posiciones extremas y sesgadas. Si entiende que la política como la prensa tienen agendas divergentes; sin embargo, no debe olvidarse que la democracia no es tal sin libertad de prensa y acceso pleno a la información.

Los medios representan la mirada atenta y escrutadora de la sociedad. Se equivocan quienes creen que el ejercicio periodístico es mantener un silencio cómplice ante el poder.
CORTESIAhttp://www.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=265577&id_seccion=1

The World Press Freedom CommitteeEmiten carta a presidente Correa por libertad de prensa

Ecuador.
Frente a varios hechos sucedidos en nuestro país, el Comité Mundial de Libertad de Prensa, emitió una carta abierta al Presidente de la República, Rafael Correa Delgado, en la que expresan su preocupación por varios problemas que atraviesan periodistas y medios de comunicación en el país.

“El Comité Mundial de Libertad de Prensa (www.wpfc.org) -una organización que representa a 45 grupos de libertad de prensa de todo el mundo- expresa su profundo rechazo al acoso judicial del que son objeto dos periodistas Milton Nelson Chacaguasay Flores, actualmente en prisión cumpliendo una sentencia de 10 meses, y Freddy Aponte Aponte, quien fue liberado de prisión el 28 de enero tras cumplir tres de los seis meses de su sentencia.Ambos periodistas han sido víctimas del exorbitante castigo que las leyes de difamación penal ecuatorianas aplican a supuestos crímenes de opinión y a periodistas injustamente acosados por cumplir con su obligación de informar al público.
A resultas de ello, cualquier periodista ecuatoriano se arriesga a ser tratado como un criminal más por el mero hecho de ejercer su profesión. La existencia de estas leyes que cuelgan una espada de Damocles sobre la libertad de prensa ecuatoriana rechaza de plano el espíritu y la letra de tratados internacionales de los cuales su país es signatario.
El Sr. Chacaguasay, director y periodista del Semanario La Verdad está cumpliendo una condena de 10 meses en presión en el Centro de Detención Provisional de Quito como parte de una sentencia condenatoria de injurias calumniosas interpuesto por el juez Silvio Castillo. Los cargos surgen de un artículo publicado por La Verdad y pagado por terceros en el que se le acusa al juez Castillo de enriquecimiento ilícito.
El Sr. Aponte, reportero de la estación Radio Luz y Vida, fue condenado a seis meses de prisión, de los cuales cumplió tres antes de ser liberado, a resultas de una querella por "agresión verbal" interpuesta por el ex alcalde de la ciudad de Loja José Bolívar Castillo, quien se dio por aludido durante una entrevista en la que supuestamente se le acusó de "ladrón." Pese a que no hay pruebas de que tal palabra se usara en dicha entrevista, y a que el periodista fue absuelto en primera instancia, Aponte eventualmente fue tratado como un criminal más y enviado a la cárcel.En ambos casos, los condenados insisten en que son víctimas de la venganza de funcionarios públicos a quienes la labor informativa de los periodistas les pareció demasiado incómoda.Cualquiera que sea la razón, el hecho de que los periodistas ecuatorianos se jueguen su libertad por cumplir con su obligación profesional, atenta contra los postulados básicos de libertad de prensa consagrados en el Artículo 18 de la Constitución ecuatoriana.Tanto la Corte Interamericana de Derechos Humanos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos apoyan el concepto de que los funcionarios públicos deben esperar más, y no menos, escrutinio y críticas del resto de la sociedad. Esta aceptación, con más disposición que cualquier ciudadano normal de ser blanco de los dardos de la crítica de la prensa, también implica que los funcionarios públicos deben cuidarse del uso de estas nefarias leyes de difamación penal para silenciar las críticas dirigidas a ellos.
Igualmente, ambos organismos interamericanos defienden que las leyes de difamación deben pertenecer al ámbito civil, no al penal, ya que los castigos impuestos por éste por supuestos delitos de opinión son exagerados y constituyen un indebido obstáculo a la libre circulación de ideas y al concepto de libertad de prensa.Los encarcelamientos de los Sres. Chacaguasay y Aponte dejan claro al resto de los periodistas ecuatorianos que dicha espada de Damocles no es sólo una amenaza sino una potente arma contra la libertad de prensa en su país. Sin una prensa libre e independiente, los funcionarios públicos y los ejecutivos corporativos no pueden mantenerse responsables ante el resto de la sociedad. Sin este ingrediente esencial, la transparencia y la gobernabilidad se hacen imposibles de alcanzar.
Por tanto, Excelencia, nuestro Comité le urge a tomar las necesarias medias legislativas para poner en marcha un proceso de despenalización de las leyes de difamación, calumnias e injurias que permita al periodismo ecuatoriano cumplir con su cometido libremente y sin obstáculos antidemocráticos.Suscribe el documento, E. Markham Bench, Director Ejecutivo del Comité Mundial de Libertad de Prensa.

CORTESIAhttp://www.lagaceta.com.ec/site/html/pagina.php?sc_id=1&c_id=68&pg_id=48781

'La profesión periodística se mueve en gran precariedad y la precariedad es desprotección'


Rosa María Calaf, corresponsal durante más de 30 años en Televisión Española y actual presidenta del CIP de Barcelona ha hablado con prnoticias y nos ha aportado su visión sobre la situación actual de la profesión. En una intensa conversación nos ha hablado de China, de la libertad de expresión y de los corresponsales.

Cómo afrontas ahora tu futuro profesional tras toda una vida como corresponsal? ¿Cuáles son tus planes?
Ya como corresponsal no, porque con el ERE de TVE eso ya se acabó, ahora empiezo una etapa distinta. Acabo de asumir la presidencia del CIP (Club Internacional de Prensa) de Barcelona y tengo que compatibilizarlo con los viajes que tengo por delante. Lo que estoy haciendo más actualmente es dar charlas y mantenerme en contacto con las universidades, dando seminarios, asistiendo a congresos... para alertar a la sociedad sobre en qué está derivando el periodismo, contando mis experiencias por si sirven de algo... En resumen, devolver lo que he recibido. Yo he sido una privilegiada, he hecho lo que me gustaba, en un momento en el que el periodismo cumplía verdaderamente su función.

¿Crees que hoy el periodismo no está cumpliendo su función?
La cumple malamente. Hay mucha gente que está luchando a brazo partido para evitar el deterioro de la profesión. Se está desvirtuando mucho la información y se está mezclando mucho el negocio con la información. Las empresas se centran más en la cuenta de resultados que en la excelencia informativa. Todo esto es peligroso para la sociedad. ¿Cómo asumes el reto de presidir el CIP de Barcelona?
¿Qué esperas hacer dentro de esta institución?
El centro ya funciona y lo hace muy bien, pretendo que haya una continuidad. No sé cuánto tiempo voy a poder estar y pretendo compaginarlo con muchas entradas y salidas y lo que busco es que siga funcionando igual de bien. Lo que quiero es dar un giro hacia lo tecnológico, mejorar la infraestructura tecnológica e insistir en la capacidad de acogida a los periodistas que quieran trabajar aquí, tanto extranjeros como locales y nacionales. Aunque no sé cómo lo vamos a hacer con este momento de crisis que vivimos, ya que esto significa inversión.

Durante tu etapa como corresponsal en China, ¿Te has visto limitada en tu trabajo por la censura?
Sí, por supuesto. China se ha abierto mucho en lo económico, ha habido grandes logros y transformaciones en la vida de los chinos en muchos aspectos, pero la libertad de información no es uno de esos logros. El control de la prensa y de Internet es total. El trabajo del periodista extranjero durante el año olímpico fue un poquito mejor, aunque sólo en Pekín, pero ahora todo ha vuelto a ser lo que era.
No tienes acceso ni libertad de movimientos y tienen una cierta práctica de intimidación muchas veces, lo que limita las posibilidades de cumplir tu trabajo como se debería.

El Gobierno debe entender y aceptar la función de la prensa

Bolivia, Ecuador.
El Gobierno debe entender que la función de la prensa es parte de un proceso evolutivo profundo, la comprensión de esa realidad le permitirá lograr una participación consciente y deliberada de la gente en el desarrollo del país.
Uno de los fenómenos más importantes de este tiempo, es el desarrollo de los medios de comunicación.


En todo el mundo, la prensa, la radio, la televisión y recientemente el internet influyen mucho más que cualquier estructura o corriente política en el comportamiento de la gente. Algo digno de una investigación profunda es la polarización contemporánea entre los medios de comunicación y las estructuras tradicionales de poder.

La contradicción de este tiempo ya no es tanto de clases ni de partidos políticos, sino de periodistas versus gobernantes.Decir que lo que no aparece en los medios de comunicación no existe, es una exageración pero, tiene mucho de verdad. Tanto en los países ricos como en los pobres y dependientes hay radios, canales de televisión o diarios escritos que tienen tanto o más poder que ciertas estructuras gubernamentales en el marco del orden estatal establecido.
La importancia de estas entidades de intermediación, deriva de la influencia que tienen en el comportamiento de la población y de la tecnología tan avanzada que poseen.
Otro antecedente que ha convertido a la radio, a la prensa y a la televisión en entidades competidoras del poder establecido, es su capacidad para develar todo lo que sucede al interior de los poderes públicos.

A través de ese descubrimiento las personas conocen que el Estado no había sido sino el conjunto de personas que toman el poder y actúan de acuerdo con sus ideas e intereses exclusivos y excluyentes. Así las estructuras tradicionales se debilitan y en ese vacío surge el conocimiento como la fuente contemporánea del poder.Esto es lo que tiene que entender el Gobierno, lo que hacen los medios de comunicación no es una actitud deliberadamente opuesta al régimen.
El papel de contrapeso y equilibrio que juegan estas novísimas instituciones, es consecuencia de acontecimientos más profundos que se dan en la historia de la humanidad.
El poder fundado sólo en la fuerza o en las luchas políticas simplificadas se está transformando dando lugar a otras formas de organización social.La estrategia del Gobierno está clara, quiere controlar todo y lo está haciendo utilizando ciertos instrumentos aparentemente legales al servicio de esa tendencia totalitaria.
Es posible que logre dominar, por algún tiempo, alcaldías, ciertas prefecturas, incluso el Parlamento. No ha de ser fácil tomar el Poder Judicial y obviamente será imposible acallar las voces indagadoras de los medios de comunicación. Lo que tiene que hacer es aceptar que no hay democracia sin libertad de prensa. No sólo eso, no hay sociedad, es decir, ser humano pleno sin libertad de pensar y de expresar, sin restricción artificial, ese pensamiento.

CORTESIAhttp://www.opinion.com.bo/Portal.html?CodNot=58161&CodSec=2

La libertad de prensa en peligro

El juicio contra La Prensa obliga al vocero presidencial a elegir entre la lealtad a sus principios y la complicidad servil Como ya es habitual desde hace tres años, la élite burocrática que gobierna nuestro país se reunió hace unos días para evaluar el avance de su proyecto político y definir un plan de acción para el futuro inmediato. Desencadenar la ofensiva final contra el Poder Judicial, organizar un nuevo cerco contra el Congreso Nacional y someter a los medios de comunicación a una nueva ola de ataques, son tres de las principales decisiones adoptadas. Como parte de ese plan, el matutino paceño La Prensa, miembro del Grupo Líder del que también forma parte Los Tiempos, ha sido elegido como el blanco principal. Para ello, el Gobierno ha presentado una demanda judicial por una información publicada hace ya más de tres meses, sobre el caso de los 33 camiones con mercadería de contrabando detectado en Pando.

Pocos días antes, a tiempo de presentar su renuncia al cargo de Superintendente de Empresas, el gerente de un lenocinio paceño anunció su intención de iniciar un proceso legal contra Los Tiempos por haber denunciado sus vínculos con el negocio de la prostitución. Es verdad que hasta ahora no pasó de la amenaza, pero se puede temer que pronto este matutino también tendrá que esta nueva ofensiva contra la libertad de prensa tiene una doble dimensión: la de fondo y la de forma. En lo que al fondo del asunto se refiere, se trata de destruir lo que hasta ahora ha sido el principal obstáculo que el Gobierno ha encontrado en su camino hacia la instauración de un régimen totalitario.

Es que en Bolivia, como en todo el mundo, la libertad de prensa es incompatible con un régimen que con urgencia requiere que sus actos se realicen lejos de la mirada de la sociedad. En cuanto a la forma, muy relacionada con el desprecio por la legalidad del que a diario hace gala el régimen actual, se pretende desconocer los procedimientos que para casos como éste tiene previsto nuestro ordenamiento legal. Ha decidido recurrir a la justicia ordinaria y no seguir los procedimientos establecidos por la Ley de Imprenta.

Felizmente, en una actitud que lo dignifica como ex periodista que es, el vocero presidencial ha salido al paso de las intenciones del gobierno del que forma parte al reconocer que el juicio instaurado contra La Prensa vulnera principios básicos. Se ha opuesto a que la Ley de Imprenta sea pisoteada, pero su opinión ha sido pasada por alto lo que lo pone, como a muchos otros seguidores del MAS, en una difícil disyuntiva.
Debe elegir entre ser leal a sus principios éticos u optar por la complicidad servil. Es de esperar que opte por lo primero, pues es todavía mucha la gente del gremio que cree en su honestidad intelectual y en su integridad moral.

CORTESIAhttp://www.lostiempos.com/noticias/25-03-09/editorial.php